Ignacio Díaz

El Centro de Experimentación Escénica Contemporánea es una plataforma de gestión para la danza y las artes escénicas, que nace el año 2012 en la ciudad de Valdivia en el sur de Chile, bajo la inquietud de abrir nuevos espacios para la profesionalización de las artes escénicas a través de cuatro áreas de trabajo: Producción, Formación, Creación y Mediación Cultural. En su conformación original el proyecto fue sostenido por Sara Vera, Sebastián Gatica y quien escribe. Hoy la organización está compuesta por diferentes sujetos, iniciativas, experiencias y proyectos, que son pensados desde el accionar del territorio creativo, y que significan una mirada profunda de nuestro quehacer artístico en la sociedad local, a través de la colaboración y multidisciplinarmente.

Una organización con forma de ameba

En sus orígenes, la idea parte desde un grupo de profesionales de diversas áreas como la educación, las ciencias naturales y sociales, la comunicación y la danza contemporánea, que con la inquietud de desarrollar proyectos de intervención social a través del arte, se combinan para desarrollar una experiencia de formación con jóvenes de la comuna de Panguipulli, denominada La Memoria de Mi Espacio (2011).

Tras recorrer algunos caminos en la gestión de proyectos de intervención y las transformaciones propias de una organización en términos de su agenciamiento, forma e implicancias, surge la primera versión concertada de un plan de trabajo para el área danza de la ciudad de Valdivia y la Región de Los Ríos, donde se imprimen los intereses consensuados de brindar nuevos espacios para activación de la creatividad, la producción de obras y la formación de profesionales de las artes escénicas, evidenciando la oportunidad de innovación resultante de una historia y un tejido social -territorio creativo-, que existe desde más de 30 años y que disponía ya, de un bagaje de gestión y posicionamiento de la danza en la ciudad.

El intercambio intergeneracional dentro de la danza local, especialmente al interior de la Compañía Ballet Municipal de Cámara (BMC) de Valdivia, permitió el diagnóstico y direccionamiento de nuestras acciones, con el propósito de potenciar lo existente y de reciclar las sinergias creativas emergentes. En este sentido y desde una segunda fase de desarrollo de nuestras iniciativas, la organización se ha permitido su transformación de forma flexible y dinámica para hacer frente a los objetivos que se propone. La red de colaboración se amplió y la importancia de la territorialización de las ideas se hizo más fuerte. En estos tiempos, año 2013, ya nacía el proyecto original PULSO, Seminarios de Formación para Artistas Escénicos de la Región de Los Ríos y surgía la primera colaboración estratégica con la Compañía BMC de Valdivia, la Ilustre Municipalidad de Valdivia, el Consejo Regional de La Cultura y Las Artes de La Región de Los Ríos, el Centro Cultural Bailarines de Los Ríos, la Academia de Danza Fantasía, la Compañía In_Móvil Colectivo de Valdivia y el Espacio de Arte Nimiku de Santiago.

Hoy, tras el pasar del tiempo y gracias al flujo permanente de personas, ideas y energías en la ciudad, condición que el río y el paisaje de agua estimulan fuertemente, la organización se conforma por un grupo más amplio de profesionales, que nos permite hacer mayores alcances en términos de nuestra gestión y producción, siguiendo una lógica de Diversidad, Multidisciplina y Multifuncionalidad, la que ha permitido la realización y apertura de nuevas experiencias, en beneficio principalmente de la ciudad de Valdivia, pero que cuyos alcances llegan hoy a la región, a la zona sur y al país.

PULSO: Formación y profesionalización de las artes escénicas

PULSO, es la denominación de los Programas de Formación para Artistas Escénicos, iniciativa que ha sido desarrollada desde el año 2013 a la fecha, apoyados en algunas de sus versiones por el Fondart Regional, como Pulso Danza Nacional 2013, 2014, 2015 y 2017 –bajo la dirección de Verónica Toro-, y en otras por la gestión autónoma, como en las versiones Pulso Danza Internacional 2013 y 2014. El año 2015 y tras haber cumplido un ciclo propuesto para la danza de tres años seguidos, fueron abiertos y desarrollados dos procesos de formación para otras áreas de la producción artística local, Pulso Circo -dirigido por Francisco Arrazola y enfocado a intérpretes y artistas circenses contemporáneos- y Pulso Lab -espacio abierto a los creadores y realizadores de las artes escénicas y otros afines-.

Gracias a los primeros pasos dados en los programas de formación profesional, y tomando en cuenta el éxito de todas sus versiones, hemos dado pie adelante en la formulación de un programa de formación profesional que logre nutrir las herramientas técnicas y de composición, e innovar en el uso de metodologías, recursos estéticos y narrativas en el desarrollo de procesos creativos. Es así como el presente año 2017, se llevan a cabo los proyectos Pulso Danza (4ta versión), Pulso Circo (segunda versión) y Pulso Residencias de Creación.

La evolución que han tenido los programas que hemos desarrollado, responden al impulso de nuestros beneficiarios, que en concreto son el caldo de cultivo de nuestras ideas. La respuesta de los jóvenes intérpretes, ha demostrado la urgente necesidad de crear espacios para la adquisición y el diálogo de saberes desde la entrenabilidad y la danzabilidad, en procesos que han sido conducidos por excelentes profesionales con una gran capacidad de entrega y generosidad.

En el caso de los creadores locales y sus trabajos compositivos, el desafío ha sido mayor, ya que la composición coreográfica en sus diferentes formatos, si bien había sido explorada por algunos de nuestros colegas, surgía en la mayoría de los casos, desde la necesidad de presentar programas de función para la finalización de año en las escuelas y academias y no necesariamente sujetos a una investigación y acompañados por un proceso creativo, reflexivo y con miras a la sostenibilidad de los trabajos en el tiempo.

Estos contenidos son los que han querido ser abordados en la línea de trabajo donde se encuentra Pulso Lab y actualmente en el diseño y ejecución de Pulso Residencias de Creación, proyecto que está enfocado en cuatro residencias con equipos de trabajo y espacios escenográficos distintos, y que busca incentivar la composición desde un experiencia concreta, por medio del intercambio de saberes entre destacados coreógrafos y directores con los sujetos interesados en la creación local. De esta forma, se abre la posibilidad de involucrar a otros artistas del territorio y también ayudar a la maduración de trabajos escénicos en proceso, todo esto con el fin de contribuir a la cartelera escénica local y nacional.

Desde la creación a la sostenibilidad

Si bien la historia de la danza en Valdivia cubre varias páginas de una bitácora de la danza en Chile, su posicionamiento en la escena nacional no ha sido del todo fácil, en principio por las relaciones centro-periferia/capital-regiones con las que no sólo el arte debe lidiar, sino además por las formas de un modelo dominante de entrega de contenidos desde los grandes centros de formación a los territorios más alejados. Este modelo si bien lograba nutrir los saberes y reflexiones en torno a la danza, no necesariamente mejoraba la posibilidad de establecer redes de trabajo o modelos de gestión que permitirán la sostenibilidad del sector. Una alianza que logró modificar la forma de pensar el trabajo y posicionamiento de la danza en la ciudad, fue la lograda con el director teatral Roberto Matamala, quien al alero de la Universidad Austral de Chile, lograría convocar a los artistas locales al desarrollo de grandes obras y nutrir sus experiencias escénicas y compositivas.

Actualmente, el mayor exponente en la construcción de obra, realización de temporadas, programas de circulación y mediación, es el coreógrafo local Ricardo Uribe, Director Artístico de la Cía. BMC Valdivia y profesor de la Escuela de Danza Valdivia; quien junto a Ximena Schaaf, Directora de la Compañía BMC y de la Escuela de Danza Valdivia, desarrollaron obras de gran importancia como “Ka-Mapu”, “Nerudianas”, “Mujeres al Rostro del Carbón” y “Callejeando”. Proyectos desarrollados con apoyos de Fondart Nacional, Regional y de gestión con el municipio.

Hoy la Cía. BMC Valdivia y el Centro de Experimentación Escénica, celebran varios años de colaboración a través del trabajo de gestión, creación, realización de temporadas, comunicación y difusión, residencias de creación con artistas invitados, entre otras. Esta experiencia colaborativa tiene un correlato a través de las obras desarrolladas como “Ritual: Paisaje Incognito” (2014), “En Lugar de Nada” (del creador nacional Joel Inzunza Leal, 2015) y “Sinapsis” (2016). Además, se han gestado programas de mediación en el territorio, se han desarrollado giras regionales y nacionales, a través de proyectos de gran relevancia como los festivales de danza contemporánea en Concepción, Chiloé, Puerto Montt y Santiago, y el actual Corredor Sur de Danza Contemporánea, proyecto liderado por el Colectivo Escénica En Movimiento (EEM) desde Concepción, y que gracias al Fondo de Intermediación, ha logrado convocar a tres compañías del sur de Chile a realizar una gira por cuatro regiones y con más de 24 presentaciones.

Otra colaboración creativa pero en formato de residencia permanente, es la de la Compañía In_Móvil Colectivo, espacio de creación que alberga a jóvenes creadores con inquietudes de investigación multidisciplinaria y con miras al desarrollo de trabajos de pequeño formato y que sirven para la puesta en escena para espacios convencionales y no convencionales. Desde su creación la Compañía ha desarrollado creaciones colectivas, intercambiando roles desde la interpretación, dirección, asistencia técnica, etc.

Acercar la danza desde la experiencia creativa y colaborativa

En el cierre de estas notas de vida, abro el capítulo que hoy moviliza nuevas intensiones al interior del equipo de trabajo, como una fuga que nos permite renovar nuestro compromiso con el desarrollo de la danza, esta vez a través del intercambio de saberes con otros grupos de la sociedad, como niños, niñas, jóvenes y adultos. A través de la mediación cultural y con refuerzos desde la investigación en educación y en ciencias, nacen desde el año 2016 la iniciativa SISMO, proyecto liderado por Alluitz Riezu y la metodología “Cartografías Coreográficas”, de quien escribe. En combinación y con apoyo de Explora de Conicyt, Región de Los Ríos, se puso en marcha en una escuela de la ciudad de Valdivia, una experiencia de creación colaborativa entre jóvenes y a través del lenguaje de la danza contemporánea. Esta iniciativa hoy se multiplica en otros centros de formación y la metodología es compartida como experiencia exitosa en congresos nacionales e internacionales, como una vinculación entre arte y ciencia, que permite sensibilizar a un tejido social con grandes ganas de expresar y relacionarse a través de la danza.